Muchos estamos acostumbrados a otra época, en la que íbamos a esa farmacia o joyería de barrio para “perforarnos” nuestros lóbulos o cartílagos, o en otros casos a poner en esta situación a bebés.
Poco a poco, esta práctica va cayendo en el olvido o en la ilegalidad. Pero porque es realmente una idea nefasta hacer esto?
Bien, lo primero que hay que tener en cuenta es que estos locales no están adaptados para que haya una correcta asepsia ya que este no es su fin. Con lo cual las superficies de trabajo no estarán desinfectadas y el material a usar no será estéril ni de un solo uso.
La piel del cliente, no será desinfectada de una manera adecuada, corriendo el peligro de introducir cualquier partícula dentro de nuestra perforación.
La marcación para perforar se hará sin mirar la estética, ni la simetría, o su futura curación (muchas personas no tienen una anatomía adecuada para perforar ciertas zonas).
La pistola perforadora, es un instrumento que se usa de un cliente a otro, solo limpiando (no esterilizando), con lo cual el riesgo de infección o de contraer alguna enfermedad es muy alto.
La perforación la realiza la propia joya (con la punta afilada), es una manera muy agresiva, que rompe los tejidos, y además el material es de muy baja calidad.
Los cierres de esta joyería son muy incómodos para la curación y para una correcta inflamación de la zona mientras se hace la curación.
Elige calidad, elige perforarte en un local adecuado, con aguja y con joyería de titanio grado implante.