La perforación es una herida en sí, así que el cuerpo mismo se encargará de cicatrizar y sanar esta herida, pero es un proceso lento.
En cuanto perforamos, el cuerpo detiene la hemorragia (hemostasia) creando coágulos y costras. En cuanto pasa, empieza la fase de inflamación (ya que el cuerpo alerta de que ha entrado algo ajeno), y llega más sangre a la zona (habrá más volumen, irrigación, más calor y dolor). En esta fase la herida estará sensible, inflamada, de color rosáceo, todo esto es normal. Incluso puede supurar un líquido transparente.
Cambiamos de fase, y pasa a la Proliferativa, donde se crea el colágeno y nuevas células. Éste tejido nuevo, con su piel nueva, es muy sensible debemos evitar mover la joya para nada (para evitar que entren bacterias). En esta fase puede supurar un líquida blanco o amarillento es normal.
Finalmente entra en una fase de Maduración o epitalización, en la que se crea una cicatriz y la herida se vuelve más fuerte.
Con el tiempo se gana elastina y queratina, haciendo mucho más fuerte esa cicatriz y ya podemos cambiar de joyería.
Este tiempo puede ser muy muy lento, y variará de persona a persona y de la zona en sí perforada. Pero de promedio, un cartílago puede tarda más de un año en estar por completo cicatrizado.
Así que lo más importante: NO TOQUES TU PIERCING MIENTRAS ESTÉ CICATRIZANDO
Y no te asustes ante estos síntomas, son totalmente normales: zona dolorida, roja o algo inflamada. Secreción blanquecina/amarilla.
Ante que debemos estar atentos: si la secreción se vuelve verdosa (y huele mal), si la inflamación no para y va a más, si aparecen rayas rojas alrededor de la perforación,.. Por supuesto estar atento a escalofríos, fiebre, nauseas, mareos, ganglios inflamados… Ante cualquier situación de esta es mejor acudir directamente a tu médico.